El 19 de marzo de 1988, festividad de San José, el Padre Carlos Miguel Buela funda el Instituto Servidoras del Señor y la Virgen de Matará (SSVM), la rama femenina del Instituto de las Verbo Encarnado (IVE).
El propósito del fundador fue el “deseo de dar esposas a Jesucristo según su Corazón”, y llegó la ocasión en que algunas mujeres expresaron su voluntad de consagrarse a Dios, viviendo la espiritualidad del IVE. Como escribió San Juan Pablo II en su carta sobre la dignidad de la mujer: “La mujer, llamada desde el ‘principio’ a ser amada y a amar, en la vocación a la virginidad encuentra ante todo a Cristo como Redentor que ‘amó hasta el fin’ a través de su entrega total de sí mismo; y responden a este don con un ‘don sincero’ de toda su vida”. (Mulieris Dignitatem, 20)
Las hermanas toman su nombre de la Cruz de Matará, una cruz de madera hecha por un indígena después de haber aprendido el catecismo de los misioneros en Santiago del Estero, Argentina. Esta cruz, que es la más antigua que se conoce en el territorio de la actual Argentina y estuvo en la portada del Misal Argentino, también se convirtió en símbolo y parte de la costumbre de nuestras hermanas de recordar que no queremos saber nada… excepto a Jesucristo, y éste crucificado (1 Cor 2,2).