Evangelizando la cultura

Para evangelizar primero debemos estar evangelizados, porque la verdadera inserción se produce cuando realizamos una verdadera acción evangelizadora con nuestra vida en todos los lugares en los que estamos. Estamos allí no para ser uno más, sino para prolongar la Encarnación en ese lugar en el que estamos.
Debemos afrontar la evangelización sin diluir la fe en lo “racional”, sin convertir lo sagrado en profano, sin caer en espiritualidades insustanciales que nos hacen sentir bien pero no nos transforman por dentro. Debemos transmitir la verdad de Dios y no la del mundo o nuestra propia verdad. Debemos transmitir la santidad de Dios, aceptando el hecho de que seremos signos de contradicción. Debemos transmitir la voluntad de Dios y no hacer nuestra propia voluntad.
Debemos dejar que el Evangelio transforme nuestras vidas, dejar que el Evangelio renueve nuestras vidas, porque, como dice nuestro Directorio de Espiritualidad, “la verdadera inculturación viene de dentro: consiste, en definitiva, en una renovación de la vida bajo el influjo de la gracia” (51). Nunca podremos hacer que el Evangelio informe a la cultura si el Evangelio no nos informa primero a nosotros.
Para que el Evangelio se inserte realmente en nuestras vidas y, por tanto, para que nuestra inserción en el mundo sea una inserción eficaz que lo transforme, es necesario que pongamos en práctica lo siguiente:

0001 - IVE America

Unión con Dios

Ninguna obra de evangelización puede realizarse si no se está unido a Dios, si no se es un verdadero instrumento de Dios, si no se es otra encarnación. La unión con Dios se realiza principalmente a través del cumplimiento meticuloso de su Voluntad en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida. No podemos vivir despreocupados por la Voluntad de Dios o preocupados sólo por su Voluntad en las cosas obligatorias o pecaminosas: cumplir los mandamientos. Debemos preguntarnos constantemente por su Voluntad para cumplirla y aprender a discernirla para que el demonio no nos engañe. Que una idea que me venga a la cabeza sea buena no significa que sea la Voluntad de Dios.

0002 - IVE America

Testimonio de vida

De vivir en dependencia de la Voluntad de Dios surge otro elemento indispensable para que nuestra vida realmente evangelice, y es el “testimonio de vida.” Debemos evangelizar con nuestro ejemplo. En esta obra apostólica en la que “somos misioneros sobre todo por lo que somos… antes incluso de ser misioneros de palabra o de obra” (RM, 23), nuestro testimonio de vida -la “primera e insustituible forma de misión” (RM, 42)- ocupa el primer lugar para que la caridad de Cristo resplandezca entre los fieles” (Constituciones, 166).

0003 - IVE America

Amor al prójimo

Es el amor al prójimo lo que debe movernos a querer llevarle a esa hermosa renovación que experimentamos primero en nuestra vida y que deseamos que experimenten también los demás, porque el amor tiende a dar o compartir. Cuanto más intenso es el amor, más busca darse a los demás. De ahí que transformar a los demás deba ser el anhelo desbordante que debe sentir quien ha sido verdaderamente transformado por el Evangelio.

Conclusión

En definitiva, hay que llevar el Evangelio a todos los hombres siguiendo el “estilo de la Encarnación”, es decir, penetrando y transformando la cultura humana desde dentro, pues lo que importa es evangelizar la cultura y las culturas del hombre no de un modo puramente decorativo, por así decir, aplicando un fino barniz, sino de un modo vital, en profundidad y hasta sus mismas raíces. Por tanto, hay que hacer todo lo posible para garantizar una evangelización plena de la cultura.

0004 - IVE America

Únetenos

Pedido de Oración