Adoradores de la Eucaristía.

La Eucaristía debe ser uno de nuestros grandes amores, ya que es el signo inequívoco del amor sin medida de Dios a los hombres, de Dios que quiere quedarse entre los hombres, de Dios que se entrega totalmente al hombre: “En la Eucaristía, la lógica de la Encarnación alcanza sus extremas consecuencias”

Verdaderamente nuestra identidad como religiosos, el significado la fuerza de la vocación de nuestros religiosos, nuestra misión y los medios para una efectiva evangelización es encontrada en Cristo, sacramentalmente presente en la Eucaristía. Que es por lo que nuestro Padre Espiritual decía, “La Eucaristía es el centro de la vida consagrada, ya sea individualmente como así también la comunidad. Es el viatico diario y la fuente de la vida espiritual de cada uno y del Instituto.”[1]

En la Eucaristía se encuentra verdaderamente “el centro afectivo y dinámico de nuestra vida consagrada y de todas nuestras comunidades” [2] es verdaderamente encontrado. Lo mismo se recordó en los Capítulos Generales: “Tenemos que caracterizarnos por la importancia que se da a la celebración de la Santa Misa, así como por la forma reverente en que la celebramos.” [3] “Así mismo, una de nuestras características es la marcada devoción eucarística” [4] La Eucaristía es el origen y cumbre de la vida de la Iglesia. […] Por eso vivirla, celebrarla dignamente, enseñar a los cristianos a participar fructíferamente de ella, adorarla con devoción, profundizar en su misterio… debe ser siempre el objeto de nuestros esfuerzos”[5]

eucaristic 01 - IVE America

Estamos llamados a una intimidad profunda y mística con Cristo. Para asegurar es relación familiar con el Verbo Encarnado, nuestras leyes propias nos exhortan “a tener exposición y adoración del Santísimo Sacramento por una hora cada día” [6]

Porque nuestra vida religiosa debe ser prefiguración, desde este mundo presente, de aquella gloriosa condición futura que consistirá en el acto perenne e indefectible de alabanza y adoración a Dios, contemplado sin velos y gustado en la dulzura infinita de su amor. De aquí viene nuestra responsabilidad de nutrir cada vez más intensa y fervientemente nuestra vida espiritual con los manantiales de la piedad eucarística. Tengamos esto siempre presente: la Eucaristía es fuente y cumbre de toda nuestra vida espiritual.

“Una comunidad religiosa nunca está más unida que cuando se reúne en torno al altar para el Sacrificio de la Eucaristía, signo de la unidad”[7]. Esto porque la Eucaristía, memorial del Amor, vínculo de la caridad, es al mismo tiempo signo que produce la unión y la comunidad. Jesús mismo dijo: Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mt 18,20).

eucaristic 02 - IVE America

En consecuencia, nuestro derecho propio dice: “el centro insustituible y vivificante… de cada comunidad religiosa”[8] debe ser Jesús en la Eucaristía, ya que “es en torno a la Eucaristía, celebrada o adorada, se da la comunión de los espíritus”. Condición previa de todo crecimiento en la fraternidad”[9]

La Eucaristía es uno de los grandes amores de todos los miembros del Instituto “ya que es el signo innegable del amor inconmensurable de Dios por los hombres, es el signo de un Dios que quiere permanecer entre los hombres y que se entrega totalmente al hombre”. [10] Por eso la Eucaristía es para nosotros “la escuela del amor activo al prójimo”[11] donde somos educados e impulsados a ejercer la caridad hacia todos.

eucaristic 03 - IVE America

Notas al pie

[1] Vita Consecrata, 95.

[2] San Juan Pablo II, A las religiosas de Milán, (20 de Mayo, 1983).

[3] Notas del V Capítulo General, 13.

[4] Ibidem, 14.

[5] Notas del VII Capítulo General, 102.

[6] Constituciones, 139.

[7] Directorio de vida contemplativa, 58.

[8] Directorio de vida religiosa, 199.

[9] Directorio de vida fraternal, 53.

[10] Directorio de espiritual, 300.

[11] San Juan Pablo II, Carta sobre el Misterio y el Culto de la Eucaristía Dominicae Cenae (24 de febrero, 1980), 6.

Únetenos

Pedido de Oración