- El Sembrador
Para evangelizar primero debemos ser evangelizados, porque la verdadera inserción se da cuando realizamos una verdadera acción evangelizadora con nuestra vida en todos los lugares en los que estamos.
No se puede ser apóstol sin ser creativo; y sin ser creativo no se puede ser misionero.
Cada vocación nace del encuentro de dos libertades: la divina y la humana
Sacerdotes, religiosos, y miembros de la tercera orden trabajando para prolongar la Encarnación del VERBO en cada hombre, y en cada cultura.
Los miembros del Instituto del Verbo Encarnado son por esencia “Misioneros” y “Marianos”. El VERBO se Encarnó primero por María, y por María se Encarnará en cada hombre.
Fuera de la Santa Misa, un Sacerdote del IVE también manifiesta la devoción del Instituto a la Sagrada Eucaristía a través de la adoración diaria al Santísimo Sacramento.
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JULIO | 2023
El carisma específico de nuestro Instituto exige a todos sus miembros trabajar en suprema docilidad al Espíritu Santo y de acuerdo con el ejemplo de la Virgen María, para que Jesucristo sea el Señor de todo lo verdaderamente humano, incluso en las situaciones más difíciles y bajo las condiciones más adversas.
Este carisma es la gracia de saber obrar concretamente para extender la presencia de Cristo en las familias, la educación, los medios de comunicación, y en todas las demás manifestaciones legítimas de la vida humana. Es el don de hacer de cada persona “como una nueva Encarnación del Verbo” (Beata Isabel de la Trinidad), cumpliendo así nuestra esencial llamada a ser misioneros y Marianos.
De manera especial, nos dedicaremos a la predicación de la Palabra de Dios, más tajante que espada de dos filos (Hb 4,12), en todas sus formas. En el estudio y la enseñanza de la Sagrada Escritura, la Teología, los Santos Padres, la Liturgia, la Catequesis, el Ecumenismo, etc. En la realización de misiones populares, Ejercicios Espirituales, educación y formación cristiana de niños y jóvenes, y obras de caridad con los más necesitados (niños abandonados, minusválidos, enfermos, ancianos), etc. En la búsqueda y formación de idóneos ministros de la Palabra, en la publicación de revistas, tratados, libros, etc., y en otras cosas. Por el verbo oral y escrito queremos prolongar al Verbo.
El 25 de marzo de 1984, día en que el Papa Juan Pablo II consagró el mundo entero al Inmaculado Corazón de María, comenzamos en San Rafael, Mendoza, Argentina. Después de 20 años, fuimos aprobados por el obispo Andrea M. Erba como instituto de derecho diocesano.
Nuestro fundador quiso que nuestra Familia Religiosa fuera nombrada “del Verbo Encarnado”, para honrar el mayor acontecimiento de la historia, acontecimiento que no puede ser superado por ningún otro: la Encarnación del Hijo de Dios.
Nuestra experiencia religiosa comenzó en la Diócesis de San Rafael, una pequeña y humilde diócesis de Argentina, ubicada en la pintoresca región sur de la provincia de Mendoza, muy cerca de los Andes. El inicio de la experiencia religiosa coincidió providencialmente con la Solemnidad de la Encarnación del Verbo, el 25 de marzo de 1984, que es nuestra fiesta principal…